¿Has estado alguna vez en Taizé? ¿Te gustaría pasar un fin de año diferente?¿Y estar con miles de jóvenes de otros países unidos en torno a la fe?... Pues eso es lo que vamos a hacer este fin de año en Valencia, del 28 de Diciembre al 1 de Enero en la ciudad de Valencia.
Vamos a vivir el Encuentro Europeo Anual de Taizé que reúne a decenas de miles de jóvenes de todos los países de Europa. En años anteriores, los encuentros tuvieron lugar en Praga, Estrasburgo, Roma, Berlín, Rotterdam, Poznan, Lisboa, Barcelona, París... y este año tenemos la suerte de tenerlo en España, en Valencia.
En estos encuentros el deseo es que los jóvenes podamos encontrarnos, encontrarnos con Dios y encontrarnos entre nosotros y profundizar en aspectos tales como la oración, la profundización de la fe y el compromiso social. Y la hospitalidad de las familias que van a acoger a los jóvenes en sus casas.
Te invitamos a pasar un fin de año diferente, no te vas arrepentir.
¿Qué se necesita?
Tener entre 17 y 35 años
Precio del Encuentro: 55 € (No incluye el transporte hasta Valencia)
Inscripción antes del 1 de Diciembre
Para más información puedes entrar en:
http://www.taizevalencia.es/ o en deleinxumondonedoferrol@gmail.com
Para la inscripción pincha AQUÍ:
https://docs.google.com/forms/d/1blfdhTKyy2utLIrm1B_eKO7Rd87Hq7MJsing9OZj_Mw/viewform?usp=send_form
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27 oct 2015
21 sept 2012
Experiencia en Lourdes y Taizé
El mes pasado, del 3 al 13 de Agosto, un grupo de la Diócesis hicimos un viaje en el que pasamos por varios lugares y experiencias: primero, la visita a un convento en La Aguilera (Burgos) donde están las religiosas de Iesu Communio; después, el Santuario de Lourdes (Francia), y finalmente Taizé (también en Francia) donde estuvimos una semana en torno a la Comunidad de monjes que hay allí y junto a casi 5000 jóvenes de distintos paises. Fue una experiencia inolvidable que esperamos poder repetir.
Aquí os dejamos con el testimonio y las impresiones de una persona de las que fuimos.
“Se pasa por Taize como se pasa junto a una fuente. El viajero se detiene, sacia su sed, y continúa su camino. Los hermanos de Taizé no quieren reteneros. Quieren, en la oración y en el silencio, permitiros beber el agua viva prometida por Cristo, discernir su presencia, responder a su llamada y después de regreso, ser testigos de su amor en vuestras parroquias, escuelas, universidades y en todos vuestros lugares de trabajo”.
La Iglesia tiene dimensiones más grandes que sólo la Iglesia católica. La Iglesia de Cristo la formamos todos los cristianos. Una Iglesia que ha sufrido fragmentaciones en la historia y que, aunque hoy por hoy no la veamos visiblemente unida, allí en Taizé es posible al menos intuir lo que puede significar dejar caer barreras y prejuicios. Creo que, si las personas nos diéramos cuenta de cuánto nos hace sufrir la falta de comunión y de diálogo, la falta de entendimiento, pondríamos mucho más esfuerzo en la reconciliación entre nosotros porque, en el fondo, son esas “cosas” las que nos quitan la esperanza, la alegría y hasta las ganas de vivir en muchos momentos. El deseo de comunión que hay en nuestro corazón es la huella de Dios en nosotros. Es muy difícil salir de Taizé y no volver con el deseo y el compromiso de ser instrumentos de reconciliación allí donde estamos (familia, trabajo, ambiente de estudio…). Eso que para nuestro mundo parece imposible…. en Taizé Dios lo conquista y te lo hacer desear de nuevo.
Algo muy especial fue que, ya en el propio viaje, vivimos esta comunión y sintonía entre los que estábamos. Los jóvenes de Santiago y de Mondoñedo nos sentimos una verdadera piña y pudimos disfrutar de compartir juntos una experiencia así. También entre los sacerdotes que nos acompañaban.
En Taizé, un momento muy importante en esa semana es el viernes. Los hermanos colocan el icono de la Cruz en el centro y durante más de 4 horas se invita a los jóvenes a pasar por esa cruz y a besarla o abrazarla. Es increíble ver jóvenes tan distintos entre sí, de diversas razas, países, culturas y confesiones… Cristo nos acoge a todos. Acoge y abraza el peso que hay en nuestras vidas. A veces, cuando miramos superficialmente a los jóvenes nos parece que ellos no se enteran de nada y no saben de problemas o sufrimientos… Pero Cristo sí que se entera y conoce cada una de nuestras vidas y nos da la oportunidad de poder descargar sobre su Cruz el peso, el dolor, la soledad, el pecado… todo.
Fuimos testigos todos nosotros del paso de Dios en muchas personas. Para algunos, el Señor les vino a buscar en la oración o en un momento de confesión, o en el hecho de poder ser uno mismo con jóvenes de otros países, en los diálogos frecuentes, en las conversaciones con los hermanos de Taizé, en gestos de perdón entre nosotros.
Me pareció ser testigo de cómo Dios, con una enorme delicadeza, hacía camino con cada persona desde el punto en el que se encontraba". (Piedad)
Pincha aquí para ver más fotos
VIDEOS EN EL BUS:
Cantando "Carolina"
Cantando "Someone like you"
VIDEOS EN LOURDES:
Procesión de los enfermos
Procesión del Santísimo
Procesión de antorchas1
Procesión de antorchas2
Entrando en una de las Basílicas
VIDEOS EN TAIZÉ:
Video Adoración de la cruz en Taizé
Video Jóvenes adorando la cruz
Cantando "Soy una rumbera" en el Oyak
Seguimos cantando en el Oyak
En el ensayo de cantos
Canción de uno de los grupos de jóvenes
Aquí os dejamos con el testimonio y las impresiones de una persona de las que fuimos.
“Se pasa por Taize como se pasa junto a una fuente. El viajero se detiene, sacia su sed, y continúa su camino. Los hermanos de Taizé no quieren reteneros. Quieren, en la oración y en el silencio, permitiros beber el agua viva prometida por Cristo, discernir su presencia, responder a su llamada y después de regreso, ser testigos de su amor en vuestras parroquias, escuelas, universidades y en todos vuestros lugares de trabajo”.
Creo que estas palabras dichas por Juan Pablo II en su paso por Taizé hace años resumen la experiencia de muchos de los que hemos participado en este viaje.
Para los que tal vez no saben, el viaje lo realizamos entre las diócesis de Santiago, Tui-Vigo y Mondoñedo-Ferrol. Con nosotros venían los delegados de juventud, dos familias, y dos sacerdotes de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol.
Comenzamos con la visita en el viaje de ida a las hermanas de Iesu Communio en su convento de La Aguilera, en Burgos. De repente enfrente de nosotros teníamos a 90 monjas, en su mayoría jóvenes con una pañoleta azul en la cabeza y un hábito vaquero. Nos recibieron cantando y moviendo las brazos, de repente todos quedamos como sobrecogidos, nunca te esperas ver a tantas monjas jóvenes juntas. Con ellas estuvimos durante algo más de una hora. Teníamos muchas preguntas… ¿por qué ese hábito? ¿Cuál es su misión? ¿Cómo es un día de su vida? ¿Qué les ha llevado a dejar todo lo que tenían y abrazar ese estilo de vida?.. Tuvimos la suerte de escuchar el testimonio de Iciar, una chica de Vigo que conocía personalmente a muchos de los que estábamos allí ya que vivió durante un tiempo en Santiago.
Nos sorprendió la manera en que nos miraban. Era una mirada que reflejaba mucha bondad, casi queriéndonos expresar con ella la alegría que sentían por conocernos y estar ahí. Con sus testimonios nos dimos cuenta de que Cristo no es una idea, como dijo Benedicto XVI en la encíclica “Deus Cáritas Est”, sino una PERSONA VIVA Y REAL que habla al corazón y tiene fuerza para seducirlo y curarlo hasta querer por gratitud ofrecerle toda la vida. También nos contagiaron su amor por la Iglesia, a la que sienten como una verdadera Madre y por la que ofrecen su vida y su oración.
Aún con el impacto en el cuerpo, continuamos nuestro viaje que nos llevó hasta Lourdes. Esa noche fue corta pero a las 8:30 estábamos en la gruta de la Virgen como clavos para vivir la Eucaristía a los pies de María junto con los enfermos para dejarnos contagiar de su humildad y de su paciencia para saber vivir el dolor. La mañana se nos fue recorriendo todos los lugares que guardaban relación con Bernadette, la niña a la cual se le apreció la Virgen.
Estuvimos en el museo y pudimos visitar la casa donde vivía con su familia que en realidad era un calabozo. Allí dimos gracias por nuestra historia, por nuestra familia, por los momentos buenos y por los fracasos de nuestra vida… así como Bernadette lo hizo en una oración. Rezamos el Credo en la pila bautismal de la parroquia en la que fue bautizada Bernadette y por último acabamos orando en la capilla en la que ella decidió entregarle su vida al Señor como religiosa.
En mí resonaba esa cita de S. Pablo que dice: “Dios ha escogido lo que el mundo tiene por necio, para poner en ridículo a los que se creen sabios; ha escogido lo que el mundo tiene por débil, para poner en ridículo a los que se creen fuertes; ha escogido lo humilde, lo despreciable, lo que no cuenta a los ojos del mundo, para anular a quienes piensan que son algo” (1Corintios 1, 23). Muchas veces, lo que Dios elige para realizar su obra son vidas pobres e insignificantes a los ojos del mundo.
Tras la comida, nos dividimos en grupos. Un pequeño grupo improvisó un sencillo pero precioso Via Crucis aprovechando las figuras que hay el monte detrás de la Basílica. Otros visitaron el Santuario en general. La mayoría del grupo queríamos vivir la experiencia de bañarnos en las piscinas de curación de los enfermos.
Por la tarde participamos con los enfermos en la procesión del Santísimo y en el Rosario de antorchas. Realmente sentimos que un día en Lourdes no podía haber sido mejor aprovechado.
Al día siguiente (Domingo), muy muy tempranito, salimos hacía Taizé. Paramos en una estación de servicio donde celebramos la Eucaristía en un pequeño montecito sin pasar desapercibidos. A las seis de la tarde, estábamos en Taizé. Justo en el momento en que llegamos empezó a llover, con lo que las primeras horas fueron un poco caóticas. Había gente por todos lados, todo el mundo hablaba en un idioma distinto al nuestro, las lentejas que nos sirvieron de cena estaban frías y tenían demasiado vinagre….. y así llegamos a la primera de nuestras oraciones en Taizé.
La iglesia de la Reconciliación (así se llama la iglesia central de Taizé) estaba llena, éramos unos 4.500…. los hermanos comenzaron a llegar con sus hábitos blancos y se colocaron en el centro, de repente estábamos cantando junto con todos esos jóvenes las canciones que a veces hemos escuchado “El alma que anda en amor, ni cansa ni se cansa”, “Nada te turbe, nada te espante”, “Bless the Lord”…
En Taizé, hay momentos para todo: oración, talleres, grupos con otros jóvenes, Eucaristía, fiesta todas las noches,...
Algo que impresiona en Taizé es que, aunque somos tantos, todo sale adelante (comida, limpieza, organización, coro…) gracias a los voluntarios y voluntarias que pasan un tiempo en Taizé al servicio de los demás. Los Hermanos se dedican a la cerámica (de cuya venta viven), a dar las charlas bíblicas y a acompañar y escuchar a los jóvenes.
Todo en Taizé es muy sencillo, en la comida sólo tenemos una cuchara para todo, no hay ni cuchillo ni tenedor y las raciones son justas, pues somos muchos y tiene que alcanzar para todos. Realmente se comparte.
Conforme van pasando los días, uno se va encontrando cada vez más a gusto, con el resto de la gente del grupo se va creando amistad y complicidad y a más de uno le costó la vuelta, pues se sentía ya en familia. En un mismo grupo de gente, puedes estar compartiendo con un protestante sueco o alemán, con un ortodoxo de Serbia, o con católicos de Francia, Latinoamérica o África…. la variedad es muy grande.
En Taizé, quizá por primera vez para muchos, empezamos a mirar a los hermanos de otras confesiones sin prejuicios, como hermanos, y a darnos cuenta de que es posible rezar juntos más allá de las divisiones que hubo en la historia. Descubrimos que Cristo es uno para todos y que Él es el centro. Abrimos los ojos a que un hermano protestante puede seguir a Cristo con la misma seriedad que un católico y esto nos acerca entre nosotros.
Para los que tal vez no saben, el viaje lo realizamos entre las diócesis de Santiago, Tui-Vigo y Mondoñedo-Ferrol. Con nosotros venían los delegados de juventud, dos familias, y dos sacerdotes de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol.
Comenzamos con la visita en el viaje de ida a las hermanas de Iesu Communio en su convento de La Aguilera, en Burgos. De repente enfrente de nosotros teníamos a 90 monjas, en su mayoría jóvenes con una pañoleta azul en la cabeza y un hábito vaquero. Nos recibieron cantando y moviendo las brazos, de repente todos quedamos como sobrecogidos, nunca te esperas ver a tantas monjas jóvenes juntas. Con ellas estuvimos durante algo más de una hora. Teníamos muchas preguntas… ¿por qué ese hábito? ¿Cuál es su misión? ¿Cómo es un día de su vida? ¿Qué les ha llevado a dejar todo lo que tenían y abrazar ese estilo de vida?.. Tuvimos la suerte de escuchar el testimonio de Iciar, una chica de Vigo que conocía personalmente a muchos de los que estábamos allí ya que vivió durante un tiempo en Santiago.
Nos sorprendió la manera en que nos miraban. Era una mirada que reflejaba mucha bondad, casi queriéndonos expresar con ella la alegría que sentían por conocernos y estar ahí. Con sus testimonios nos dimos cuenta de que Cristo no es una idea, como dijo Benedicto XVI en la encíclica “Deus Cáritas Est”, sino una PERSONA VIVA Y REAL que habla al corazón y tiene fuerza para seducirlo y curarlo hasta querer por gratitud ofrecerle toda la vida. También nos contagiaron su amor por la Iglesia, a la que sienten como una verdadera Madre y por la que ofrecen su vida y su oración.
Aún con el impacto en el cuerpo, continuamos nuestro viaje que nos llevó hasta Lourdes. Esa noche fue corta pero a las 8:30 estábamos en la gruta de la Virgen como clavos para vivir la Eucaristía a los pies de María junto con los enfermos para dejarnos contagiar de su humildad y de su paciencia para saber vivir el dolor. La mañana se nos fue recorriendo todos los lugares que guardaban relación con Bernadette, la niña a la cual se le apreció la Virgen.
Estuvimos en el museo y pudimos visitar la casa donde vivía con su familia que en realidad era un calabozo. Allí dimos gracias por nuestra historia, por nuestra familia, por los momentos buenos y por los fracasos de nuestra vida… así como Bernadette lo hizo en una oración. Rezamos el Credo en la pila bautismal de la parroquia en la que fue bautizada Bernadette y por último acabamos orando en la capilla en la que ella decidió entregarle su vida al Señor como religiosa.
En mí resonaba esa cita de S. Pablo que dice: “Dios ha escogido lo que el mundo tiene por necio, para poner en ridículo a los que se creen sabios; ha escogido lo que el mundo tiene por débil, para poner en ridículo a los que se creen fuertes; ha escogido lo humilde, lo despreciable, lo que no cuenta a los ojos del mundo, para anular a quienes piensan que son algo” (1Corintios 1, 23). Muchas veces, lo que Dios elige para realizar su obra son vidas pobres e insignificantes a los ojos del mundo.
Tras la comida, nos dividimos en grupos. Un pequeño grupo improvisó un sencillo pero precioso Via Crucis aprovechando las figuras que hay el monte detrás de la Basílica. Otros visitaron el Santuario en general. La mayoría del grupo queríamos vivir la experiencia de bañarnos en las piscinas de curación de los enfermos.
Por la tarde participamos con los enfermos en la procesión del Santísimo y en el Rosario de antorchas. Realmente sentimos que un día en Lourdes no podía haber sido mejor aprovechado.
Al día siguiente (Domingo), muy muy tempranito, salimos hacía Taizé. Paramos en una estación de servicio donde celebramos la Eucaristía en un pequeño montecito sin pasar desapercibidos. A las seis de la tarde, estábamos en Taizé. Justo en el momento en que llegamos empezó a llover, con lo que las primeras horas fueron un poco caóticas. Había gente por todos lados, todo el mundo hablaba en un idioma distinto al nuestro, las lentejas que nos sirvieron de cena estaban frías y tenían demasiado vinagre….. y así llegamos a la primera de nuestras oraciones en Taizé.
La iglesia de la Reconciliación (así se llama la iglesia central de Taizé) estaba llena, éramos unos 4.500…. los hermanos comenzaron a llegar con sus hábitos blancos y se colocaron en el centro, de repente estábamos cantando junto con todos esos jóvenes las canciones que a veces hemos escuchado “El alma que anda en amor, ni cansa ni se cansa”, “Nada te turbe, nada te espante”, “Bless the Lord”…
En Taizé, hay momentos para todo: oración, talleres, grupos con otros jóvenes, Eucaristía, fiesta todas las noches,...
Algo que impresiona en Taizé es que, aunque somos tantos, todo sale adelante (comida, limpieza, organización, coro…) gracias a los voluntarios y voluntarias que pasan un tiempo en Taizé al servicio de los demás. Los Hermanos se dedican a la cerámica (de cuya venta viven), a dar las charlas bíblicas y a acompañar y escuchar a los jóvenes.
Todo en Taizé es muy sencillo, en la comida sólo tenemos una cuchara para todo, no hay ni cuchillo ni tenedor y las raciones son justas, pues somos muchos y tiene que alcanzar para todos. Realmente se comparte.
Conforme van pasando los días, uno se va encontrando cada vez más a gusto, con el resto de la gente del grupo se va creando amistad y complicidad y a más de uno le costó la vuelta, pues se sentía ya en familia. En un mismo grupo de gente, puedes estar compartiendo con un protestante sueco o alemán, con un ortodoxo de Serbia, o con católicos de Francia, Latinoamérica o África…. la variedad es muy grande.
En Taizé, quizá por primera vez para muchos, empezamos a mirar a los hermanos de otras confesiones sin prejuicios, como hermanos, y a darnos cuenta de que es posible rezar juntos más allá de las divisiones que hubo en la historia. Descubrimos que Cristo es uno para todos y que Él es el centro. Abrimos los ojos a que un hermano protestante puede seguir a Cristo con la misma seriedad que un católico y esto nos acerca entre nosotros.
Algo muy especial fue que, ya en el propio viaje, vivimos esta comunión y sintonía entre los que estábamos. Los jóvenes de Santiago y de Mondoñedo nos sentimos una verdadera piña y pudimos disfrutar de compartir juntos una experiencia así. También entre los sacerdotes que nos acompañaban.
En Taizé, un momento muy importante en esa semana es el viernes. Los hermanos colocan el icono de la Cruz en el centro y durante más de 4 horas se invita a los jóvenes a pasar por esa cruz y a besarla o abrazarla. Es increíble ver jóvenes tan distintos entre sí, de diversas razas, países, culturas y confesiones… Cristo nos acoge a todos. Acoge y abraza el peso que hay en nuestras vidas. A veces, cuando miramos superficialmente a los jóvenes nos parece que ellos no se enteran de nada y no saben de problemas o sufrimientos… Pero Cristo sí que se entera y conoce cada una de nuestras vidas y nos da la oportunidad de poder descargar sobre su Cruz el peso, el dolor, la soledad, el pecado… todo.
Fuimos testigos todos nosotros del paso de Dios en muchas personas. Para algunos, el Señor les vino a buscar en la oración o en un momento de confesión, o en el hecho de poder ser uno mismo con jóvenes de otros países, en los diálogos frecuentes, en las conversaciones con los hermanos de Taizé, en gestos de perdón entre nosotros.
Me pareció ser testigo de cómo Dios, con una enorme delicadeza, hacía camino con cada persona desde el punto en el que se encontraba". (Piedad)
Pincha aquí para ver más fotos
VIDEOS EN EL BUS:
Cantando "Carolina"
Cantando "Someone like you"
VIDEOS EN LOURDES:
Procesión de los enfermos
Procesión del Santísimo
Procesión de antorchas1
Procesión de antorchas2
Entrando en una de las Basílicas
VIDEOS EN TAIZÉ:
Video Adoración de la cruz en Taizé
Video Jóvenes adorando la cruz
Cantando "Soy una rumbera" en el Oyak
Seguimos cantando en el Oyak
En el ensayo de cantos
Canción de uno de los grupos de jóvenes
23 abr 2012
¿Te animas a hacer algo diferente este verano?
¿Te animas a hacer algo diferente en verano?
¡Este año, del 3 al 13 de Agosto, tienes la oportunidad!
La experiencia de vivir una semana en Taizé va más allá de lo que de “oídas” sabemos o hemos escuchado acerca de este lugar.
Por su Espíritu Santo, Dios penetra en nuestras profundidades, Él conoce nuestro deseo de responder a su llamada de amor. Así podemos preguntarle: “¿Cómo descubrir eso que Tú esperas de mí? Mi corazón se inquieta: ¿cómo responder a tu llamada?”
En el silencio interior, esta respuesta puede surgir: “Atrévete a dar tu vida por los demás, allí encontrarás un sentido a tu existencia.”
Llegaremos, quizás, a decirle a Dios: “Los días pasan y no respondía a tu llamada. Hasta llegué a preguntarme: ¿tengo verdaderamente necesidad de Dios? Vacilaciones y dudas me hacían alejarme de Ti. Y sin embargo, incluso cuando me creía lejos de Ti, me esperabas. Me tenía por abandonado, y Tú estabas tan cerca de mí. Día tras día, renuevas en mí una espontaneidad para sostenerme en un sí a Cristo. Tu mirada de comprensión hace posible que este sí me lleve hasta el último aliento.”
A lo largo de la existencia, el Espíritu Santo atraviesa nuestras noches interiores y una transfiguración del ser se realiza poco a poco.
En un mundo donde las novedades tecnológicas provocan un desarrollo jamás antes conocido, es importante no ignorar las realidades fundamentales de la vida interior: la compasión, la simplicidad del corazón y de la vida, la humilde confianza en Dios, el gozo sereno...
El Evangelio despierta a la compasión y a una infinita bondad del corazón. Éstas no tienen nada de ingenuas, pueden exigir una vigilancia. Conducen a este descubrimiento: buscar hacer felices a los demás nos libera de nosotros mismos. Y una mirada de amor permite discernir la bondad del alma humana.
Aquello que más nos coge en el Evangelio es el perdón, el que Dios nos da y el que nos invita a darnos los unos a los otros. Incluso abatido y maltratado, Jesucristo no amenazaba, perdonaba. Por su perdón, Él borra lo que está herido en nuestro corazón, a veces desde la infancia o la adolescencia.
Confiarle todo a Él, hasta la inquietud... Y entonces reconocemos que somos amados, reconfortados, curados.
Es posible encontrar a Dios, realmente, en la oración, tanto la que se expresa con palabras como en el silencio. Nada lleva tanto hacia Dios como la oración común, cuando ésta está sostenida por la belleza del canto.
Hay una paz del corazón al comprender que ni siquiera la muerte pone fin a una comunión en Dios. Lejos de conducir a la nada, ella abre el paso hacia una vida eterna donde Dios acoge nuestra alma para siempre.
Incluso cuando haya en nosotros dudas, la presencia del Espíritu Santo permanece, en los días apacibles como en las horas de aridez.
¿No somos acaso nosotros los pobres del evangelio? Nuestra fe humilde basta para acoger su presencia. Y el solo deseo de su presencia vuelve nuestra alma a la vida, sobre la tierra como en la eternidad.
Video sobre Taizé:
Por su parte, el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes es un lugar de peregrinación al que se acercan muchas personas de todos los lugares del mundo después de la aparición de la Virgen en 1958 a Bernadette, una niña. Desde entonces, se han dado muchas curaciones de enfermos que han ido a visitar la Gruta de la Virgen y el Santuario. Es una oportunidad de compartir nuestro amor a María con miles de personas, muchas jóvenes, de todo el mundo.
Video sobre el Santuario de Lourdes:
Video con frases del Hermano Roger
Cartas del H. Roger, videos,...
El secreto de Taizé
Cuando proponemos como Delegación esta experiencia a los jóvenes de nuestras parroquias y grupos juveniles, lo hacemos creyendo que tras la internacionalidad, los cantos en idiomas y la interconfesionalidad, hay además, en el espíritu de Taizé, un mensaje muy profundo que puede ser respuesta para el joven de hoy que vive su fe en el mundo.
El mensaje del Padre Roger (fundador de la comunidad de Taizé) y de la comunidad monástica que acoge a miles de jóvenes venidos de todas partes del mundo es además de una experiencia de universalidad, una oportunidad para ahondar en lo que puede ser un camino de reconciliación interior, de sanación y de encuentro con Aquel que es capaz de reconciliar todo lo que está roto y dividido en y entre nosotros.
Queremos vivir esta peregrinación a Lourdes y Taizé no como un simple viaje de verano, un tiempo de vacaciones, ni siquiera por la curiosidad de conocer otras realidades en la Iglesia. Lo queremos vivir como un tiempo de gracia, en el que queremos acompañar a nuestros jóvenes a tener un encuentro con Jesús en profundidad, impregnándonos del espíritu de Taizé en su conjunto, ayudando a los jóvenes, y a quienes participen, a recorrer y tomar en serio el ser instrumentos de reconciliación y de comunión.
LAS 3 PALABRAS CLAVES DE LA ESPIRITUALIDAD DE TAIZÉ:
1) CONFIANZA
«Hoy más que nunca se alza una llamada a abrir caminos de confianza hasta en las noches de la humanidad. ¿Presentimos esta llamada? Los hay que, por el don de sí mismos, dan testimonio de que el ser humano no está abocado a la desesperación. (…) Aunque estemos despojados de todo, ¿no somos llamados a transmitir, por nuestras vidas, un misterio de esperanza a nuestro alrededor?».
Ni las desgracias, ni la injusticia de la pobreza vienen de Dios: Dios no puede más que dar su amor. Y hay un súbito asombro al descubrir que Dios mira a todo ser humano con una infinita ternura y una profunda compasión.
Cuando comprendemos que Dios nos ama, y que ama hasta al más abandonado de los humanos, nuestro corazón se abre a los demás, nos volvemos más atentos a la dignidad de la persona humana y nos preguntamos: ¿cómo preparar caminos de confianza sobre la tierra?
Aunque estemos despojados de todo, ¿no somos llamados a transmitir, por nuestras vidas, un misterio de esperanza a nuestro alrededor?
Nuestra confianza en Dios es reconocible cuando se expresa por el simple don de nuestras propias vidas: es ante todo cuando se vive que la fe se hace creíble y se comunica.
Cuando comprendemos que Dios nos ama, y que ama hasta al más abandonado de los humanos, nuestro corazón se abre a los demás, nos volvemos más atentos a la dignidad de la persona humana y nos preguntamos: ¿cómo preparar caminos de confianza sobre la tierra?
Aunque estemos despojados de todo, ¿no somos llamados a transmitir, por nuestras vidas, un misterio de esperanza a nuestro alrededor?
Nuestra confianza en Dios es reconocible cuando se expresa por el simple don de nuestras propias vidas: es ante todo cuando se vive que la fe se hace creíble y se comunica.
La presencia de Dios es un soplo que llena todo el universo, es un impulso de amor, de luz y de paz sobre la tierra.
2) COMUNIÓN- RECONCILACIÓN
Animados por este soplo, somos conducidos a vivir una comunión con los demás, y somos llevados a realizar la esperanza de una paz en la familia humana... ¡Y que ella irradie a nuestro alrededor!
Por su Espíritu Santo, Dios penetra en nuestras profundidades, Él conoce nuestro deseo de responder a su llamada de amor. Así podemos preguntarle: “¿Cómo descubrir eso que Tú esperas de mí? Mi corazón se inquieta: ¿cómo responder a tu llamada?”
En el silencio interior, esta respuesta puede surgir: “Atrévete a dar tu vida por los demás, allí encontrarás un sentido a tu existencia.”
Llegaremos, quizás, a decirle a Dios: “Los días pasan y no respondía a tu llamada. Hasta llegué a preguntarme: ¿tengo verdaderamente necesidad de Dios? Vacilaciones y dudas me hacían alejarme de Ti. Y sin embargo, incluso cuando me creía lejos de Ti, me esperabas. Me tenía por abandonado, y Tú estabas tan cerca de mí. Día tras día, renuevas en mí una espontaneidad para sostenerme en un sí a Cristo. Tu mirada de comprensión hace posible que este sí me lleve hasta el último aliento.”
A lo largo de la existencia, el Espíritu Santo atraviesa nuestras noches interiores y una transfiguración del ser se realiza poco a poco.
En un mundo donde las novedades tecnológicas provocan un desarrollo jamás antes conocido, es importante no ignorar las realidades fundamentales de la vida interior: la compasión, la simplicidad del corazón y de la vida, la humilde confianza en Dios, el gozo sereno...
El Evangelio despierta a la compasión y a una infinita bondad del corazón. Éstas no tienen nada de ingenuas, pueden exigir una vigilancia. Conducen a este descubrimiento: buscar hacer felices a los demás nos libera de nosotros mismos. Y una mirada de amor permite discernir la bondad del alma humana.
Aquello que más nos coge en el Evangelio es el perdón, el que Dios nos da y el que nos invita a darnos los unos a los otros. Incluso abatido y maltratado, Jesucristo no amenazaba, perdonaba. Por su perdón, Él borra lo que está herido en nuestro corazón, a veces desde la infancia o la adolescencia.
Confiarle todo a Él, hasta la inquietud... Y entonces reconocemos que somos amados, reconfortados, curados.
Nunca en el Evangelio, Cristo invita a la tristeza o a la morosidad. Todo lo contrario, hace accesible un gozo apacible, e incluso un júbilo en el Espíritu Santo.
Un joven africano, que había pasado un año en Taizé, expresaba cómo había descubierto poco a poco un gozo, después de una dura prueba. Cuando tenía siete años, su padre fue asesinado. Y su madre tuvo que huir muy lejos. Decía: “He querido reencontrar el amor de mis padres que me ha faltado desde mi infancia. Entonces, he buscado una alegría interior, esperando encontrar allí fuerza en el sufrimiento. Esto me ha dado la capacidad de salir de la soledad de mi infancia. Me he dado cuenta de la importancia de la alegría para modificar las relaciones cotidianas y para conocer una paz interior”
3) ORACIÓN
Es posible encontrar a Dios, realmente, en la oración, tanto la que se expresa con palabras como en el silencio. Nada lleva tanto hacia Dios como la oración común, cuando ésta está sostenida por la belleza del canto.
Hay una paz del corazón al comprender que ni siquiera la muerte pone fin a una comunión en Dios. Lejos de conducir a la nada, ella abre el paso hacia una vida eterna donde Dios acoge nuestra alma para siempre.
Incluso cuando haya en nosotros dudas, la presencia del Espíritu Santo permanece, en los días apacibles como en las horas de aridez.
¿No somos acaso nosotros los pobres del evangelio? Nuestra fe humilde basta para acoger su presencia. Y el solo deseo de su presencia vuelve nuestra alma a la vida, sobre la tierra como en la eternidad.
Video sobre Taizé:
http://www.youtube.com/watch?v=z_ZK07z4heo
Por su parte, el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes es un lugar de peregrinación al que se acercan muchas personas de todos los lugares del mundo después de la aparición de la Virgen en 1958 a Bernadette, una niña. Desde entonces, se han dado muchas curaciones de enfermos que han ido a visitar la Gruta de la Virgen y el Santuario. Es una oportunidad de compartir nuestro amor a María con miles de personas, muchas jóvenes, de todo el mundo.
Video sobre el Santuario de Lourdes:
Algunos enlaces que puedes visitar:
Cartas del H. Roger, videos,...
El secreto de Taizé
Recorrido en imágenes por el Santuario de Lourdes
COSAS PRÁCTICAS:
¿Qué llevar?
- DNI en vigor, o pasaporte (en caso de menores de edad).
- Tarjeta de sanidad europea en vigor, o documento equivalente de tu Seguro Médico que te brinde asistencia sanitaria en la UE.
- Incluir algo de ropa de abrigo: Aunque iremos en pleno Agosto y hará calor la mayoría de los días, normalmente hay alguna tormenta de verano, y por la noche refresca, por lo que una chaqueta, un chubasquero o paraguas, y unos pantalones largos no vienen mal nunca.
- Saco y aislante para dormir.
- Útiles de Aseo: ¡Chanclas y toalla incluidas!
- No mucho equipaje.
¿Y el alojamiento, la comida y esas cosas, qué?
En Taizé están en todo, no te preocupes, el alojamiento es en barracones y tiendas de campaña. Para comer, un “ejército” de cocineros y pinches se encargan de que no pases hambre.
Precio:
- 210 € menores de 30.
- 290 € para aquellos con 30 cumplidos o a partir de 30.
Esto incluye, el viaje de ida y vuelta, comidas en ruta, y alojamiento en pensión completa en Taizé.
(Está previsto hacer conciertos y actividades benéficas para recaudar fondos).
Destinatarios:
- Jóvenes a partir de 16 años.
- Familias jóvenes. (Dormirían en un lugar expresamente preparado en Taizé para familias con sus hijos)
¿Como inscribirse?:
1) Rellena estos datos:
INSCRIPCIÓN AL VIAJE A LOURDES Y TAIZÉ
Nombre y apellidos:
Fecha de nacimiento:
Localidad:
Teléfono:
E-mail:
Parroquia a la que perteneces:
Alergias/ Observaciones:
Los menores de edad deben rellenar también esta autorización y que la firmen sus padres:
AUTORIZACIÓN
Yo ________________________________, con DNI _______________ padre/ madre de __________________________________ autorizo a mi hijo/a a asistir al viaje a Lourdes y Taizé organizado por la Delegación de Juventud de la Diócesis de Mondoñedo- Ferrol del 3 al 13 de Agosto del 2012.
En______________, a ___ de _________ del 2012.
Aclaración y Firma: ________________________
2) Envíalos a este e-mail: deleinxumondonedoferrol@gmail.com
3) Ingresa un primer pago de 50 Euros a este número de cuenta:
2091 - 0215 - 02 - 3040010475 (Caixa Galicia)
(Si finalmente no pudieras venir, se te devolvería el dinero)
¡¡¡La fecha límite para hacer este primer pago es el 24 de Mayo!!!
Para más información, éstos son nuestros datos de contacto:
- Piedad: 625440189/ 981782052
- Mail: deleinxumondonedoferrol@gmail.com
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